CINECLUBES EN ARGENTINA. LA PANTALLA COMO PUNTO DE ENCUENTRO A CONTRAPELO DEL MERCADO CINEMATOGRÁFICO, QUE PARECE DESDEÑAR LAS PELÍCULAS DE AUTOR, EL FENÓMENO DE LOS CINECLUBES SE INTENSIFICA EN TODO EL PAÍS.
¿Una raza en extinción? Lo creía, o llegó a pensarlo, a veces, ante los olvidos continuados a la proyección de cine por fuera de los ámbitos comerciales, Juan Carlos Arch, un referente del cineclubismo en nuestro país. Y no sólo contaba con razones ciertas sino con una pasión encendida durante cuatro décadas. Nacido en la localidad de Esperanza, fue parte de la Escuela de Cine Documental de Santa Fe y no se conformó sólo con ser director, docente, crítico de cine. Según los memoriosos, como Miguel Ángel Vernazza, del Cineclub Esperanza: "Lleno de bonhomía, pasión, generosidad y conocimientos, Arch nos enseñó a todos los de la zona a querer, difundir y celebrar el cine".
Juan Carlos Arch presidió durante más de 40 años y hasta su muerte, el mítico "Cineclub Santa Fe", lejos de la visibilidad porteña, las urgencias de taquilla y de los multicines. ¿Qué decir, entonces, de los cineclubes, que en los 50 y 60 proyectaban películas del neorrealismo italiano, de la nouvelle vague, de Rainer Fassbinder, Werner Herzog, Luis Buñuel o Ingmar Bergman? Los tiempos han cambiado, sabe Vernazza, y tal vez la desazón sea pasajera: en todo el país los cineclubes siguen multiplicándose, algo de la mística de aquellos años e incontables estrategias de supervivencia, al no contar con apoyo oficial sostenido para promover (otro) cine. O como se le oye decir a más de un cine-clubista: "¿Ley del Cine? ¿INCAA? ¿Adónde queda eso?".
Hoy, frente a las imposiciones globales, el dominio de los tanques hollywoodenses y el monopolio de las grandes distribuidoras, estos espacios persisten con la mirada puesta en el recorrido de cineclubes emblemáticos como el de Santa Fe -que dirige ahora Cristina Márchese-, el de Rosario o el porteño Cineclub Núcleo (que fundó Salvador Sammaritano y que hoy sigue en manos de su hijo Alejandro), que pasaron los 55 años de proyecciones en medio de silencios, censuras y olvidos, tanto en las dictaduras como en las democracias inflacionarias o en las del consumo restrictivo y el cine-pochoclo.
Especies protegidas
Pero si los cineclubes no han de desaparecer, aún pelean por reconocimiento, difusión y políticas de Estado tangibles. Eso sí: sin querer resignar independencia, amateurismo y profesionalidad.
"Los cineclubes no están en crisis, sí la industria del cine", dice Alejandro Sammaritano y en el hall del Cine Cosmos (que cerró como sala comercial en 2008) recibe al público segundos antes de que desde el "Cineclub Núcleo" proyecten La misión (Roland Joffé, 1986): es el ciclo de revisión de los lunes; los martes están en el Cine Gaumont.
Una una idea afín esboza Alfredo Scaglia, fundador del "Cineclub Rosario” y presidente de la Federación Argentina de Cineclubes (FACC): "Hoy, la pérdida de pantallas es muy importante, a pesar de la concentración en grandes ciudades que se dio a partir de los complejos cinematográficos", dice. Pero ante ello "surge la necesidad de no renunciar al placer de ver cine en una pantalla. Esto quizás justifica -en parte- que haya gran cantidad de nuevos cineclubes".
Al costado de una industria cinematográfica tan concentrada, que habilita muy poca pantalla a las películas de cine arte del mundo o de Argentina, en Santa Fe, Neuquén, Córdoba, el NOA y hasta en Ushuaia, los cineclubes promueven algo distinto: un estado de cercanía con el cine, sus autores -en forma presencial o a través de los programas impresos- y el público, que debate luego de ver el filme", dice Scaglia. Y si no todos los cineclubes, como mundos pequeños, tienen las mismas carencias, hay necesidades en sincronía: junto al reconocimiento en forma de "aportes oficiales o leyes que estimulen el funcionamiento de nuevos cineclubes", poder ocupar una sala propia (salvo el de Santa Fe, el "Cineclub Mon Amour" de San Telmo y otros, no sobran ejemplos) y no sólo bibliotecas, clubes y centros culturales.
Pasiones compartidas
¿A qué se debe este desdén hacia las otras pantallas? "No se interpreta que es una actividad cultural no comercial, y eso se deduce de las trabas y dificultades que se nos plantean para funcionar", dice Scaglia. El INCAA, entonces, "debería brindar subsidios a los cineclubes reconocidos para que puedan trabajar en forma permanente". Además, "podría facilitar la distribución en ellos de películas argentinas en dvd" para que "nuestro cine llegue a públicos marginados".
Son sueños que nacieron mucho antes del reino del dvd. Según Carlos Müller, coordinador de la Regional Buenos Aires de la FACC e impulsor del "Cineclub Dynamo", varios proyectos fueron presentados al INCAA "para que los cineclubes sean incorporados a la Ley Nacional de Cinematografía y, además de ser promovidos, estén exentos de los requisitos aplicados a los cines comerciales". Incluso, en compañía de Paolo Minuto, Presidente de la Federación Internacional de Cineclubes, hablaron con el anteúltimo Presidente del INCAA, Jorge Alva-rez. Pero él renunció en marzo de 2008, cuestionado por su política general de subsidios, y no hubo mucho más.
En la actual gestión de Liliana Mazure, el INCAA aún no proveyó respuestas, pero en la FACC no pierden la fe y aclaran: para nada se trata de vivir del Estado o de recostarse sobre él.
"Estamos en permanente movimiento", dice Scaglia. "A los proyectos debemos ponerlos en marcha y no esperar o evaluar los posibles apoyos oficiales. Si se concretan bienvenidos sean, pero no debemos detenernos esperando". Y lo ratifica Vernazza: "Si estamos desprotegidos, casi vistos como 'pintorescos', sólo los que aman el cine valoran el mensaje: el tipo de la calle que te dice '¡qué bueno lo que haces!'".
"Cuando los cines se retiran, los cineclubes defienden las pantallas", fue el lema bajo el que la FACC, a modo de festejo por sus 54 años, impulsó el mes pasado la Muestra Nacional de Cineclubismo. Se pautó una programación base de cinco películas de directores referenciales del cineclubismo de aquí y afuera, como Juan Carlos Arch, Gianni Amelio, Francois Truffaut y Herzog, que fueron proyectadas -en dvd y hasta en fílmico- en más de treinta cineclubes de todo el país.
La historia habla y prefigura: de los cineclubes surgieron la Cinemateca Argentina o el Instituto de Cinematografía de la Universidad Nacional del Litoral y hoy esa energía perdura, aun en el esfuerzo acumulado, en cineclubes de Córdoba, Santa Fe, Jujuy o de la Patagonia. En San Martín de los Andes, Marcelo Gobbo coordina, desde 2005, el "Cineclub de La Cascada" en el Centro Cultural Cotesma y dice que si al olvido al sector "sumamos la indiferencia ante la desaparición de las salas independientes en Buenos Aires y que prácticamente todas las salas del país dependen de dos distribuidoras, esa falta de reconocimiento es parte de una actitud general hacia el cine".
Alcanzan las imágenes en movimiento de lo que podría o deberá llegar, en Neuquén, el conurbano bonaerense o en cualquier región: Mario Ramos, impulsor del "Cineclub Independencia" en Coronda (Santa Fe), revive algunos ratos de cine, o los que han llegado luego de la función, "es gratificante que el público elija ver joyas que nunca encontrarían en el circuito comercial. También, ver la expresión de asombro y alegría de algunos chicos que pudieron apreciar por primera vez una película en pantalla grande".
¿Qué otra cosa es un filme sino una pasión compartida e impresa en la memoria? El mercado no regala ni oferta, y concibe ideas para un consumo quieto, no un espectador activo, pero la comunidad es otra cosa. Aunque el Estado no intervenga en el cineclubismo "lo haremos nosotros -dice Gobbo- ayudando a que los espectadores aprendan a religar lo clásico y lo moderno. Existe una tradición cinematográfica de la cual pueden nutrirse las nuevas generaciones, siquiera para desafiarla". Y quizá, a partir de otras miradas, los presagios de Juan Carlos Arch no se vuelvan realidad, aquí, en un futuro no tan de película.
Cineclubes en acción
En Buenos Aires
- Cineclub Núcleo
Lunes: Cine Cosmos (Av. Corrientes 2046). Martes: Espacio Incaa Km 0 Cine Gaumont
Domingos (10:30 am): Espacio Incaa Km 0 - Cine Gaumont ccnucleo@hotmail.com 4825-4102
- Cineclub Buenos Aires Mon Amour
Carlos Calvo y Perú. 15-6285-5476
- Cineclub Dynamo
Asunción 2647, Buenos Aires 4571-7121
dynamofilms@gmail.com
Cineclub La Gomera
Quinquela Martín 1799 Buenos Aires 4301-3028
casalagomera@gmail.com
En en el Interior
- Cineclub Santa Fe
Cine América
25 de Mayo 3075
cineclubjuvenil@gmail.com
- Cineclub Rosario
España 401, Santa Fe
(0341)4856712
cineclubrosario@ccr.org.ar
- Cineclub De La Cascada
Centro Cultural Cotesma
Gral Roca 1150, San Martín de los Andes, Neuquén. (02972)428399
- Cineclub Municipal Hugo del Carril
Bv. San Juan 49, Córdoba. (0351) 433-2463 - 434-1609 cineclub@cordoba.gov.ar
- Cineclub La Quimera
Pasaje Escutti 915 Córdoba.
laquimera@calefoncine.com.ar
- Cineclub Jorge Prelorán
Biblioteca Popular Osvaldo Bayer
Los Maquis 33, Villa la Angostura, Neuquén. (02944)495279
Por Patricio Feminis
Fuente: Revista Ñ
